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Pedro Infante y sus canciones que aún viven.


Pedro Infante tiene el dolor y el amor en su voz. Más de 300 canciones fueron grabadas por el llamado ídolo de Guamuchil, aunque naciera en el alegre puerto de Mazatlán, Sinaloa. Todos nos hemos sentido identificados con esos gritos desgarradores de cantina que él soltaba al son del mariachi y pasando tequila para seguir llorando un desamor, o hemos querido llevar serenata, tal y como él lo hacía en sus películas, a quien le tenemos la tentación de un beso.






Su acercamiento con la música empieza desde niño en Guamuchil, la guitarra fue su instrumento favorito entre los varios a los que se acercó, cantaba en las estaciones de radio de Culiacán y se hizo de fama en el estado, dando después el brinco a la gran Ciudad de México para probar suerte ahí, y vaya que le sonrió la fortuna. En alguna ocasión, en pláticas con uno que otro de sus biógrafos, me confesaron que existía el rumor de que en sus primeras películas, la voz de Pedro era "doblada" por alguién más ya que su acento sinaloense era demasiado marcado para la élite de la metrópoli, y sólo se le permitía cantar. No sé si es cierto o no, puesto que no me he asomado a sus primeras películas.

 Las ofertas para trabajar no se hicieron esperar y Pedro se convirtió en el gran hombre del cine mexicano de oro, el cual comparte con Jorge Negrete, quien al inicio no podía mantener una amistad con un "aficionado" de la canción, pues Infante jamás tuvo estudios profesionales para cantar como los que Negrete contó, su sana rivalidad no importó en la filmación de la única película que hicieron juntos, donde aprendimos como es un bromance mexicano en Dos Tipos de Cuidado, la cual cuenta con grandes duetos entre ellos y un duelo de coplas digno de recordar.


Algo que aprendimos en sus películas es que entre machos solo se llora cantando a una mujer, de esas que les recuerdan que no sólo con galantería se conquistan los corazones, enseñanza que también vemos en la película de ¡A.T.M.! ¡A toda máquina! donde comparte crédito con Luis Aguilar y en su continuación ¿Qué te ha dado esa mujer?, cinta que cuenta con una canción homónima en donde se le canta al amigo que se deja llevar por el amor.


Pedro no sólo cantó rancheras junto a los más afamados mariachis del país, también se acompañó de renombradas orquestas para interpretar boleros, dando una voz fuerte al género y demostrando la versatilidad que poseía para enamorar, aumentando su repertorio quitándose el sombrero de charro para ser solicitado por los directores y compositores de mayor trayectoria del país para que fuera el estelar con sus melodías en el cine.


El no compuso ninguna de las canciones que le dieron fama, pero ese tequila que se bebía en las filmaciones para darle un toque más real a borrachera lo convirtieron, junto con José Alfredo Jiménez y Javier Solís, en compañero emocional de los mexicanos, enseñándonos como se siente el desamor en Cien años, y dotándonos de una inocente canción para enamorar con Amorcito corazón.


Hablando de mi experiencia con el cantante, siempre me impresionaba la colección de sus fotografías que existía en una cenaduría que frecuentaba en mi infancia mazatleca, las canciones de él ambientaban el pozolito y las tostadas. El pasar de los años me llevó a encontrarme con el cantante en cantinas de desamor que se ambientan con canciones rancheras, ninguna sanó más mi expatriado corazón sinaloense como las de Pedro Infante, olvidando al estilo Jalisco, y cuando se cansa de rogar y se busca de nuevo el amor, es lógico cantar aquellas con las que galanteaba el ídolo en sus películas, y tengo la certeza, de que muchos mexicanos hacemos lo mismo y nos ha funcionado para conseguir el beso que nos da tentación.

Feliz cumpleaños Pedro, que tus canciones sigan 100 años más. 


~C Squall

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