Estas ahí, y de nuevo cierras los ojos, sientes las gotas de sudor
surcar tu rostro, la luz se siente trás los párpados, la música suena
fuerte, la vibración en tu cuerpo te hace sentir vivo, las letras de la
canción te recuerda que hay poesía, tomas la mano con fuerza de quien es
especial para ti y agradeces el simplemente estar ahí, en el concierto de Aurora.
El pasado 28 de mayo la cantante cerró su gira por Latinoamérica en la Ciudad de México, concierto que desde diciembre tenía a la expectativa a sus fans y que llegó a mi gracias a un regalo por portarme bien durante todo el año (o eso creo). Aurora ya tiene una base de fans en sudamérica que se sienten atraídos hacía su vitalidad y jovialidad, a ese toque tímido del que ya hablamos el año pasado, pero que con el tiempo ha logrado superar poco a poco para entregar fuerza a su grupo de seguidores que se ha autonombrado como "Warriors and Weirdos", así que, la idea de cerrar su gira en la CDMX no parecía descabellado, mucho menos después de ser una de las primeras ciudades que agotó su boletaje.
La noche empezó para algunos de sus fans desde la mañana, pues desde temprano (cuentan y escuché) se encontraban ya formados para ser los primeros en entrar, por desgracia (y vagancia) no llegué a tan buena hora y me tocó estar casi a 7 metros del escenario, justo cuando sus primeros teloneros, el grupo español Rufus T. Firefly estaban por cantar la última canción que presentaban, me hice a codazos de un lugar justo a la izquierda del escenario y paciente espere de pie durante hora y media para el inicio del concierto.
A 40 minutos antes de la aparición de Aurora, su corista, Silja Sol hizo de telón principal, presentando un melódico y minimalista pop, con canciones en su propio idioma y demostrando que se ha de convertir en una artista que debemos de seguir de cerca, pues sus canciones hicieron brincar a la audiencia y al terminar le aplaudieron con mucho ánimo.
Y
de repente el escenario se inundo en silencio y el público pedía a
Aurora salir a cantar, aplaudíamos y gritábamos el nombre de la noruega
que pisaba por primera vez las tierras mexicanas y en un instante de
oscuridad, vimos que salió al escenario y Churchyard comenzó a
sonar por todo el recinto. ¿Conocen la sensación de estar en un momento
del mundo en el que estas cantando junto a tu artista favorito y a
cientos de personas, tu canción favorita? bueno, a mi me pasó con el
inicio del concierto. El público enloqueció y aplaudía mientras se
empujaba para estar más cerca del Aurora, quien en vivo se ve más delgada, más alta, más carismática. Toda una musa nórdica.
El pasado 28 de mayo la cantante cerró su gira por Latinoamérica en la Ciudad de México, concierto que desde diciembre tenía a la expectativa a sus fans y que llegó a mi gracias a un regalo por portarme bien durante todo el año (o eso creo). Aurora ya tiene una base de fans en sudamérica que se sienten atraídos hacía su vitalidad y jovialidad, a ese toque tímido del que ya hablamos el año pasado, pero que con el tiempo ha logrado superar poco a poco para entregar fuerza a su grupo de seguidores que se ha autonombrado como "Warriors and Weirdos", así que, la idea de cerrar su gira en la CDMX no parecía descabellado, mucho menos después de ser una de las primeras ciudades que agotó su boletaje.
La noche empezó para algunos de sus fans desde la mañana, pues desde temprano (cuentan y escuché) se encontraban ya formados para ser los primeros en entrar, por desgracia (y vagancia) no llegué a tan buena hora y me tocó estar casi a 7 metros del escenario, justo cuando sus primeros teloneros, el grupo español Rufus T. Firefly estaban por cantar la última canción que presentaban, me hice a codazos de un lugar justo a la izquierda del escenario y paciente espere de pie durante hora y media para el inicio del concierto.
A 40 minutos antes de la aparición de Aurora, su corista, Silja Sol hizo de telón principal, presentando un melódico y minimalista pop, con canciones en su propio idioma y demostrando que se ha de convertir en una artista que debemos de seguir de cerca, pues sus canciones hicieron brincar a la audiencia y al terminar le aplaudieron con mucho ánimo.
La segunda canción, Warrior nos
recordó, mientras levantábamos nuestros puños, a la Aurora de 18 años
que sacó su primer disco, quien nos invitaba a la juventud a luchar por
lo que le era de ellos, a convertirse en los guerreros que se necesitan
para cambiar el mundo, me di un instante y miré a mi alrededor. El
público, en general, no pasaba de sus 20 años, incluso había menores de
edad que habían sido acompañados por sus padres, sí, Aurora ya es una
nueva generación de artistas que no cantan necesariamente al amor, sino
que componen himnos para el amor propio, la fuerza del espíritu y la
tenacidad de la juventud. Home fue la siguiente canción que confirmó todo, a final de cuentas, somos nuestro propio hogar.
Antes de saludarnos, bromeo con que no quería que nadie muriera en su concierto, por lo que pedía que no empujaran demasiado a aquellos que estaban hasta adelante, reí internamente y pensé "se nota que es la primera vez que visita México". Su afectuoso saludo hizo a todos gritar, le emocionaba estar compartiendo su espacio con nosotros y All is soft inside comenzó y nos hizo a todos emocionarnos, siendo una de las canciones que hizo más se coreo. Las manos de Aurora no dejaban de surcar el aire, haciendo compás con sus letras, la voz de Silja se mimetizaba en perfección, la locura explosiva de Aurora al brincar (¡descalza!) por todo el escenario, con su cabello de corte nórdico fluyendo en cada movimiento de su cabeza. La canción se enlazó con Soft Universe, seguíamos sus movimientos, coreabamos y el sonido de la batería nos marcaba el latido del corazón de todos ¿Quién diría que una noche de martes podría ser tan perfecta?
Una nueva pausa para agradecer el compartir nuestra energia con ella, mencionando que no sabía qué había hecho para tener tantos seguidores, mientras los músicos abandonaban el escenario y soló quedaba el bajista y su corista Silja tomaba el micrófono para continuar con una canción. Las primeras notas nos hicieron saber que era Murder Song (5,4,3,2,1) el público le siguió y escuchó, algunos cantaron en voz baja para hacerle un coro lleno de espíritu. Los músicos regresaron, y las primeras notas nos hicieron soltar un grito de emoción Runaway comenzó y nos llevó a unos años atrás, siendo esta una de las primeras canciones de Aurora que varios escuchamos.
In Bottles fue la siguiente, las luces iban y venía, la audiencia seguía gritando, un momento de charla de nuevo en el que Aurora nos recuerda cuán necesario es comenzar a cuidar el planeta, mi corazón y el de todos sabía la fuerte canción que seguía y The Seed inició, con ese fondo de pájaros amazónicos cantando, y por un instante Aurora me pareció una de las heroínas de Ghibli, con su cara marcada con rayas rojas, las cuales múltiples niñas y mujeres imitaron. Su voz se hizo fuerte en petición a detener el cambio climático, los asistentes gritábamos lo mismo y nos hacía falta espacio para podernos mover, pero nunca dejamos de levantar el puño en protesta. Siguiendo el pesar de la naturaleza, It Happened Quiet fue interpretada con Silja en la guitarra y nos hizo contener un poco la adrenalina, pero nunca dejamos de corear y muchos cerraron los ojos para sentirnos conmovidos por el peso de la canción.
Un espacio más y nos agradeció de nuevo, y nos platicó que la siguiente canción que cantaría la había escrito en una ocasión que estaba muy molesta con la humanidad, y aunque acepta que este sentimiento le es recurrente, también siente un profundo amor por nosotros. Animal hizo a todos brincar, pues muchos la estaban pidiendo desde el inicio del concierto y después siguió con The River, canción que llevaba menos del mes de estrenarse y sentí como todos se relacionaban con la canción que les permite abrirse en sus emociones; después llegó I Went Too Far, otra que hizo a todos emocionarse y cantarla a todo pulmón, incluyéndome yo, pues ¿quién no ha pasado por esa relación que nos hace ir demasiado lejos hasta rogar amor? por suerte, esta pieza nos habla desde la lejanía de esa relación y de sentirnos vivos de nuevo.
Forgotten Love fue precedida por Aurora contándonos que tal le había ido en una taquería mexicana y la enchilada que se puso, pues nunca había probado algo tan picante y que, dentro de todo, le había hecho sentir tan viva que definitivamente, regresaría a México por más. Running with the Wolves parecía que sería la última canción, nos hizo aullar y ella no dejaba de andar de un lado hacía el otro del escenario, nos motivaba y su fuerte canción a la libertad nos estaba arrastrando en emociones, las muestras de agradecimiento previas a salir del escenario se apagaban entre los aplausos.
Pero todos sabíamos que ahí no podía terminar. Aurora regreso conmovidísima casi hasta las lágrimas por todo el apoyo que le damos, repitiendo que todo lo que había logrado era gracias a sus seguidores y prometiéndonos que regresaría a México. Infections of a Different Kind se cantó con la voz entrecortada, su corista le ayudó, mientras ella nos daba señales de gratitud para después cantar el himno que es Queendom, sabíamos que era la última, y la cantamos con fuerza para hacerle saber que su reinado ciertamente estaba también en tierras mexicanas.
Aurora nos había entregado 90 minutos espectaculares, verla de cerca fue una de las mejores sensaciones que he vivido, sentí que me hizo falta la cámara para plasmar todo lo que ella estaba entregándonos, aunque cabe decir que sólo eran los millenials del público quienes grababan, mientras los más jóvenes les gritaban que bajaran el teléfono y simplemente disfrutaran.
Y como en el artículo pasado, creo que esta no será la última vez que escriba de ella, pues su tercer disco está a pocos días de salir y aunque ya hemos escuchado algunas de sus canciones, sabemos que vendrá con sonidos que nos llevarán a otras galaxias.
M. Bouttier
Pros del concierto: El ambiente, el público, la voz de Aurora, la voz de Silja.
Cons del concierto: El lugar no tenía el sonido para apreciar bien la voz de Aurora, aparte, nos tenían muriendo de calor, pues encendieron el aire acondicionado hasta la 3era canción de Aurora.
Fotos tomadas (sin permiso) del twitter de el Plaza Condesa --> @El_Plaza_ y otras más del internet.
Antes de saludarnos, bromeo con que no quería que nadie muriera en su concierto, por lo que pedía que no empujaran demasiado a aquellos que estaban hasta adelante, reí internamente y pensé "se nota que es la primera vez que visita México". Su afectuoso saludo hizo a todos gritar, le emocionaba estar compartiendo su espacio con nosotros y All is soft inside comenzó y nos hizo a todos emocionarnos, siendo una de las canciones que hizo más se coreo. Las manos de Aurora no dejaban de surcar el aire, haciendo compás con sus letras, la voz de Silja se mimetizaba en perfección, la locura explosiva de Aurora al brincar (¡descalza!) por todo el escenario, con su cabello de corte nórdico fluyendo en cada movimiento de su cabeza. La canción se enlazó con Soft Universe, seguíamos sus movimientos, coreabamos y el sonido de la batería nos marcaba el latido del corazón de todos ¿Quién diría que una noche de martes podría ser tan perfecta?
Una nueva pausa para agradecer el compartir nuestra energia con ella, mencionando que no sabía qué había hecho para tener tantos seguidores, mientras los músicos abandonaban el escenario y soló quedaba el bajista y su corista Silja tomaba el micrófono para continuar con una canción. Las primeras notas nos hicieron saber que era Murder Song (5,4,3,2,1) el público le siguió y escuchó, algunos cantaron en voz baja para hacerle un coro lleno de espíritu. Los músicos regresaron, y las primeras notas nos hicieron soltar un grito de emoción Runaway comenzó y nos llevó a unos años atrás, siendo esta una de las primeras canciones de Aurora que varios escuchamos.
In Bottles fue la siguiente, las luces iban y venía, la audiencia seguía gritando, un momento de charla de nuevo en el que Aurora nos recuerda cuán necesario es comenzar a cuidar el planeta, mi corazón y el de todos sabía la fuerte canción que seguía y The Seed inició, con ese fondo de pájaros amazónicos cantando, y por un instante Aurora me pareció una de las heroínas de Ghibli, con su cara marcada con rayas rojas, las cuales múltiples niñas y mujeres imitaron. Su voz se hizo fuerte en petición a detener el cambio climático, los asistentes gritábamos lo mismo y nos hacía falta espacio para podernos mover, pero nunca dejamos de levantar el puño en protesta. Siguiendo el pesar de la naturaleza, It Happened Quiet fue interpretada con Silja en la guitarra y nos hizo contener un poco la adrenalina, pero nunca dejamos de corear y muchos cerraron los ojos para sentirnos conmovidos por el peso de la canción.
Un espacio más y nos agradeció de nuevo, y nos platicó que la siguiente canción que cantaría la había escrito en una ocasión que estaba muy molesta con la humanidad, y aunque acepta que este sentimiento le es recurrente, también siente un profundo amor por nosotros. Animal hizo a todos brincar, pues muchos la estaban pidiendo desde el inicio del concierto y después siguió con The River, canción que llevaba menos del mes de estrenarse y sentí como todos se relacionaban con la canción que les permite abrirse en sus emociones; después llegó I Went Too Far, otra que hizo a todos emocionarse y cantarla a todo pulmón, incluyéndome yo, pues ¿quién no ha pasado por esa relación que nos hace ir demasiado lejos hasta rogar amor? por suerte, esta pieza nos habla desde la lejanía de esa relación y de sentirnos vivos de nuevo.
Forgotten Love fue precedida por Aurora contándonos que tal le había ido en una taquería mexicana y la enchilada que se puso, pues nunca había probado algo tan picante y que, dentro de todo, le había hecho sentir tan viva que definitivamente, regresaría a México por más. Running with the Wolves parecía que sería la última canción, nos hizo aullar y ella no dejaba de andar de un lado hacía el otro del escenario, nos motivaba y su fuerte canción a la libertad nos estaba arrastrando en emociones, las muestras de agradecimiento previas a salir del escenario se apagaban entre los aplausos.
Pero todos sabíamos que ahí no podía terminar. Aurora regreso conmovidísima casi hasta las lágrimas por todo el apoyo que le damos, repitiendo que todo lo que había logrado era gracias a sus seguidores y prometiéndonos que regresaría a México. Infections of a Different Kind se cantó con la voz entrecortada, su corista le ayudó, mientras ella nos daba señales de gratitud para después cantar el himno que es Queendom, sabíamos que era la última, y la cantamos con fuerza para hacerle saber que su reinado ciertamente estaba también en tierras mexicanas.
Aurora nos había entregado 90 minutos espectaculares, verla de cerca fue una de las mejores sensaciones que he vivido, sentí que me hizo falta la cámara para plasmar todo lo que ella estaba entregándonos, aunque cabe decir que sólo eran los millenials del público quienes grababan, mientras los más jóvenes les gritaban que bajaran el teléfono y simplemente disfrutaran.
Y como en el artículo pasado, creo que esta no será la última vez que escriba de ella, pues su tercer disco está a pocos días de salir y aunque ya hemos escuchado algunas de sus canciones, sabemos que vendrá con sonidos que nos llevarán a otras galaxias.
M. Bouttier
Pros del concierto: El ambiente, el público, la voz de Aurora, la voz de Silja.
Cons del concierto: El lugar no tenía el sonido para apreciar bien la voz de Aurora, aparte, nos tenían muriendo de calor, pues encendieron el aire acondicionado hasta la 3era canción de Aurora.
Fotos tomadas (sin permiso) del twitter de el Plaza Condesa --> @El_Plaza_ y otras más del internet.
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